La risa y la diversión
deben ser la base de toda clase de música. El miedo y la ansiedad no son
compatibles con un medio de expresión tan rico y complejo. Las experiencias que
invitan más hacia el acercamiento y la disponibilidad son las más apropiadas
para desarrollar aprendizajes y este arte sonoro representa un excelente tipo
de herramienta educativa.
Childs nos dice que:”…
debería expresar mi total inconformidad
hacia los métodos que deliberadamente provocan angustias o miedo a los niños.
Todos sabemos que el miedo y el sufrimiento ejercen una influencia negativa, y
que un alumno que se encuentra contento y a gusto está en mejor disposición
para aprender” ( pag. 5)
Hay que ver a la música
como un lenguaje expresivo, no es algo frívolo, es indispensable presentarlo de
una manera atractiva ya que trasciende a la comunicación oral y escrita,
permite que se conecten todas las formas
interactivas y expresivas, la plástica, la narrativa, la expresión corporal,
etc.
La música suma siempre
oportunidades, de allí su riqueza y su facilidad de afiliación. Es “ un arte
brillante que proporciona mas beneficios incalculables para la vida humana” Hoy
en día son pocos los escenarios donde no está presente : el cine, la
televisión, la educación, la medicina, el deporte, los eventos sociales y
muchos más, inclusive los recursos computarizados y de internet. Hasta hemos
oído hablar de sonidos del universo en investigaciones científicas.
El docente de Educación
Inicial, Básica y Especial, necesita
reflexionar constantemente sobre cómo desarrollar encuentros que faciliten la
curiosidad y la experimentación de los niños. Se necesita crear ambientes de
apoyo que abran posibilidades infinitas para que los alumnos sometan a prueba
sus ideas y sentimientos.
John Childs, en su
libro; “Haciendo especial la música”,
refleja una inclinación filosófica al
establecer una relación interesante entre la
